Cuento Infantil: Rapunzel
Cuento corto de “Rapunzel” para leer con niños
Hace mucho tiempo, un marido y su mujer vivían felices en una casita al borde de un bosque.
Pero un día la esposa cayó enferma. No podía comer nada y cada vez estaba más delgada. Lo único que podía curarla era una extraña hierba llamada Rapunzel, que crecía en el hermoso jardín que había junto a la cabaña.
Este jardín pertenecía a una bruja malvada, que lo utilizaba para cultivar hierbas para sus hechizos.
El marido fue al jardín a robar la hierba, pero la bruja lo atrapó. La bruja accedió a dársela, pero le hizo prometer que a cambio le daría a su primogénito.
El marido aceptó, pensando que la bruja olvidaría pronto la promesa. Le llevó el Rapunzel a su mujer, que se sintió mejor en cuanto se lo comió.
Un año después, nació una niña y la bruja vino a llevársela. La bruja la llamó Rapunzel por la planta, y encerró a la niña en una torre alta por si intentaba huir. La torre no tenía puerta ni escalera, pero Rapunzel era muy feliz allí arriba, ya que podía sentarse en la ventana a observar la vida del bosque y hablar con los pájaros.
Cada día, la bruja venía a verla y le traía comida fresca. Se paraba al pie de la torre y gritaba,
– «Rapunzel, Rapunzel, suelta tu larga cabellera».
Rapunzel, cuya larga cabellera dorada estaba trenzada, la enroscaba en uno de los barrotes y la dejaba caer por la ventana, y la bruja trepaba por ella.
Un día, el hijo del rey cabalgaba por el bosque cuando oyó cantar a Rapunzel. Desconcertado, cabalgó hasta la torre, pero no veía ninguna puerta, por lo que no entendía cómo podía haber alguien allí. Decidió quedarse a vigilar la torre y escuchar el canto. Al cabo de un rato llegó la bruja y el príncipe la observó atentamente. su asombro, cuando ella gritó,
– «Rapunzel, Rapunzel, suelta tu larga cabellera», una larga trenza dorada cayó casi hasta el suelo.
El príncipe vio cómo la bruja se subía por el pelo y desaparecía por la ventana, y decidió que esperaría a que se fuera para ver si él podía hacer lo mismo. Así que cuando la bruja se hubo ido, se paró donde ella había estado y llamó,
– «Rapunzel, Rapunzel, suelta tu larga cabellera.»
Cuando la trenza dorada cayó, se subió como había hecho la bruja y se encontró, para su asombro, con la muchacha más hermosa que había visto nunca.
Hablaron largo rato y luego el príncipe se marchó, prometiendo volver. Rapunzel esperaba con impaciencia sus visitas, pues se sentía muy sola. Le contó todo sobre el mundo fuera de su torre y se enamoraron profundamente.
Pero un día la bruja los descubrió, le cortó el pelo a Rapunzel y la abandonó en el bosque.
Cuando llegó el príncipe, como de costumbre, ella tiró la trenza de cabello dorado y engañó al príncipe, que saltó por la ventana alta. Con la cara llena de arañazos y los ojos tan lastimados que no podía ver, se adentró a ciegas en el bosque.
Tras varios días de vagabundeo y sufrimiento, oyó una voz que cantaba. Siguiendo el sonido, se acercó y se dio cuenta de que había encontrado a Rapunzel.
Corrió hacia ella, llamándola por su nombre, y ella se acercó y lo besó. Al hacerlo, sus ojos se curaron y pudo volver a ver.
El príncipe llevó a Rapunzel al palacio de su padre, donde le contó su historia. Rapunzel se reunió con sus padres y se casó con el príncipe.